[Sur] La historia que me habría gustado aprender en la escuela

Carlos Rabassa carnen en mac.com
Jue Nov 11 09:32:48 EST 2010


Alcira,



Muchas gracias por los comentarios.



Entiendo que todos los foros donde participo tienen el propósito común de discutir entre amigos para ayudar al éxito del Plan Ceibal,  de los niños,  de los maestros y de todos los uruguayos.


Opino que todos servimos para algo.

Opino que el trabajo disponible para los voluntarios del Plan Ceibal es tanto como queramos hacer,  nunca escaseará mientras exista el Plan Ceibal y lo mantengamos con buena salud.

Por lo tanto cada uno de nosotros puede,  si lo desea,  darse el lujo de elegir hacer lo que más le guste,  aquello para lo que se sienta más capacitado,  aquello que aproveche algunas de sus cualidades más especiales.

En mi caso y gracias a las frecuentes estadísticas de RAP Ceibal con cifras de edades,  entiendo que una de mis cualidades más especiales que me distinguen sobre el voluntario promedio, es  que estoy entre los que tengo mayor experiencia de vida.

La manera obvia de aprovechar esa experiencia de vida es comparar lo que vemos ahora con lo que vimos durante los años anteriores que recordamos.

Por favor,  Alcira y todos,  no confundan este razonamiento con críticas o juicios sobre culpabilidad que no estoy emitiendo.


Después de pasar fuera de Uruguay más de la mitad de nuestras vidas,  regresamos con muchísimo entusiasmo y alegría,  provenientes en muy gran parte de todo lo que habíamos leído recientemente desde OLPC cuando el Plan Ceibal recién se anunciaba en Uruguay.

Llegamos y las novedades positivas fueron muchas.

Los trámites de migración y aduana en el aeropuerto son un placer.

Qué diferencia con los recuerdos del pasado que nos hacían dudar sobre volver.

Qué taxis modernos, en buenas condiciones y limpios,  siempre disponibles cuando uno llega!

Qué chofer tan amable y profesional!

Una sola nota falsa en toda esta belleza:

Hay un individuo que insiste en abrir la puerta del taxi y colocar el equipaje en el baúl mientras el chofer permanece sentado al volante.

Comentamos que todo lo encontramos perfecto excepto ese individuo que nos recuerda las malas experiencias de llegar a Montevideo en el pasado.

La respuesta del chofer es que está de acuerdo con nosotros.

A él también le molesta porque a veces desvían los pasajeros hacia vehículos no autorizados.

¿Por qué tiene que estar allí si está interfiriendo con su trabajo y estropeando,  en detrimento de todos los uruguayos,  la imagen del país que reciben los visitantes?

Porque "lo pone el Aeropuerto",  contesta el chofer.

¿Y quién paga "el Aeropuerto",  no somos usted y yo?

"Sí pero,  usted sabe como son las cosas,  hay cosas que no se pueden cambiar".


Cada vez que pasamos por el aeropuerto lo encontramos mejor,  mas moderno,  que funciona mejor con cantidad de funcionarios que cada uno sabe lo que está haciendo y ofrece sonrisas de bienvenida a los viajeros,  estando listos para ayudar pero sin interferir ni molestar si no se les pide ayuda.



Alcira,  la actitud de este excelente chofer de taxi que entiende y está de acuerdo con nuestros comentarios,  es lo que tenemos que cambiar.

No lo hace de malo.

No está promoviendo ninguna filosofía política.

Simplemente eso es lo que oyó toda la vida desde pequeño y lo tiene en la parte más escondida de su cerebro para asegurarse que no cambia o desaparece.



Al pobre hombre que interfiere con los visitantes,  con los buenos trabajadores y que estropea la imagen del país en detrimento de todos los uruguayos,  no lo culpo.

Yo seguramente haría exactamente lo mismo que él en su lugar.

Se le ofrece ese trabajo del cual está tan convencido nunca lo despedirán,  el mismo convencimiento del chofer que está resignado a aguantarlo.



Esta situación,  fue la que hace casi medio siglo,  nos llevó a emigrar.


¿Culpa de los maestros?

No lo he dicho ni lo había pensado.

Ahora que lo mencionas me imagino que el problema nos llega a través de los maestros,  pero también a través de casi todos nosotros.

Nos llega a través de todos los resignados a aguantar mientras nos quejamos del gobierno,  sea cual sea ya que esto no es un problema de los últimos años sino de todos los que he vivido.

Las quejas que oía en mi casa desde niño y que probablemente nadie notaba porque siempre había sido así,  también contribuyeron a ayudarnos a tomar la decisión de irnos.

No me estoy quejando de mis padres.  

Hicieron todo lo mejor de acuerdo a sus posibilidades y a las costumbres del medio en que vivieron y se desarrollaron.


Hablas de corrupción y otros problemas y sí los hay,  y también contribuyen a estropear la imagen de nuestro país que ven los visitantes y los posibles inversores.

Mencioné la experiencia del aeropuerto pero una de las más desagradables para los que regresamos,  es buscar vivienda y encontrarse que para hacer realidad el sueño de comprar un apartamento propio para la vejez,  no hay otro remedio que tratar con los criminales que construyen y venden los edificios.

No importa cuantas veces hayamos cambiado de gobierno,  continúan desarrollando sus actividades criminales al amparo de la Intendencia Municipal.



Tal vez venga al caso explicar una teoría sobre la corrupción que alguien me explicó en Méjico donde hay grandes expertos en el tema.

Me dijeron que toda persona corrupta necesita un mercado mínimo de 25 personas honestas para poder desarrollar sus actividades como es debido.

Me explicó,  como su interpretación de la historia que ése es el punto de equilibrio.

Según él en los períodos que aumenta la corrupción más allá de ese límite,  se producen desequilibrios importantes porque volverse corrupto no soluciona los problemas económicos de una persona y ahí entra a jugar un papel importante la desesperación de los individuos.



Por cada grupo de 25 personas honestas que logren dejar de pagarle honorarios a los corruptos,  desaparecerá un corrupto.


La corrupción lo prueba la historia del Uruguay y de todos los países que deseemos estudiar,  puede controlarse un poco pero no eliminarse,  a base de leyes acertadas y que se hagan cumplir.

Para reducir el problema en forma más duradera y real,  hay que ir a las raíces que somos cada uno de nosotros,  cada uno de los 25 no corruptos que aguantamos al corrupto,  por ejemplo, 25 choferes de taxi del aeropuerto o 25 pasajeros uruguayos que dan propina al que molesta a los viajeros porque siempre fue así.

También los uruguayos que acepten su presencia sin hacerle notar en alta voz a él y al chofer que les molesta.



La solución me temo que no será fácil y tendrá que comenzar por la educación.

Hay que cambiar a muchos grupos de 25 uruguayos de los que apoyan involuntariamente a cada corrupto.

La única vía que veo para lograr ese cambio es la educación desde la edad más temprana,  buena parte de la cual ocurre antes de llegar a la edad escolar.

La herramienta para hacer llegar esa educación a muchos y muy rápido la tenemos delante,  son las XO y el Plan Ceibal.



Pero ninguno de los dos durará toda la vida si los descuidamos.

Y hay mucha gente a la que no le importa el futuro del país y sus niños que están al acecho para lograr beneficios a su favor aunque estropeen todo.

Esos no desaparecerán con leyes.

Esos están ahí porque ven la oportunidad.

Lo que podemos hacer entre todos es estudiar y aprovechar lo más posible,  lo más rápido posible,  antes de que se estropee nada,  todo lo bueno que tenemos en este momento.



Lo que decía que me desilusiona mucho, es ver cómo tenemos las XO,  tenemos varias aplicaciones probadas como eficientes desde muchísimos años atrás, tales como Logo / Tortugarte / Etoys,  y tenemos hasta las explicaciones de cómo usarlas para enseñar,  escritas por nada menos que uno de los creadores de esos programas.

Muchos maestros uruguayos,  no todos por suerte,  continúan enseñando a fuerza de hablar y repetir y quejándose cada poco rato tal como sucedía en la época de mi niñez.

Eso es lo que me desilusiona.

Por favor maestros,  es el momento de hacer comentarios a favor,  en contra o complementando lo que dijeron Alcira Cabrera,  María Cristina Rivero González,  lo que estoy diciendo yo y lo que digan todos los que deseen ayudarnos a los voluntarios.



Carlos Rabassa
Voluntario
Red de Apoyo al Plan Ceibal
Montevideo, Uruguay





On Nov 10, 2010, at 6:32 PM, Alcira Cabrera wrote:

> Hola: He leído este texto con un sentimiento de desconsuelo y pena. Desconsuelo porque siempre que hay algo que falta arreglar o que quedó incompleto los ojos caen en los educadores. La mayoría de ellos, en los cuales me incluyo,pues soy educadora, dejamos vida, sueños, vida familiar y mucho más formando hijos ajenos, con todo el amor y los pocos recursos económicos y morales que recibimos.
>  
> Coincido plenamente en que somos pilar importante en la formación cultural y de valores de nuestra sociedad, pena que sólo se tenga en cuenta a la hora de pasar factura.
> No creo que enseñar una realidad geográfica contribuya a crear una visión negativa de nuestro país. Lo que sí crea una realidad negativa es saber que no son los que más apuestan al estudio los que tienen acceso a una vida digna.
>  
> Aún vivimos en el país de los contactos, de los amigos y de las ideologías por encima de las capacidades y lo digo con mucho dolor, pero plenamente convencida, ya que tengo una hija bióloga, excelente ( no lo digo porque sea mi hija) que ha presentado méritos y ha concursado, pero siempre tiene alguien que le gana de mano, y también tengo un hijo licenciado en ciencias de la comunicación que tuvo que emigrar porque no tuvo oportunidades en su país.
> Y tengo muchas historias como las mías. Y conste que amo mucho mi país, que como docente he recorrido de norte a sur y de este a oeste, haciendo paseos en inculcando todas las bondades de mi tierra, al igual que lo hacen muchísimas ( la mayoría ) de las colegas que conozco.
>  
> Crear un sentimiento positivo es responsabilidad de TODOS, luchando por oportunidades para todos, con igualdad de oportunidades, dadas por los talentos y no por motivos varios.
> La  educación se construye todos los días. Cada uno es artífice de su propio destino para bien o para mal de él y de los otros, porque nadie es una isla y todo lo que haga repercute en cada uno de los demás.
>  
> Y dejemos de echarle la culpa a los docentes de lo que no sabemos cultivar, como tampoco podemos echarle la culpa a los padres de nuestros errores. Cada uno construye su camino y todos lo caminamos juntos.
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