[Sur] El proposito de la educación, Krishmnamurti, etc

Yamandu Ploskonka yamaplos en bolinux.org
Lun Ene 10 20:38:31 EST 2011


tal vez un poco fuera de tema, aunque los propósitos de la educación y 
la cooperacón son temas de primera plana para todos nosotros

Uno de mis blogs favoritos es Framablog,
http://www.framablog.org/
donde un artículo reciente copia parte del capítulo 15 (Cooperación y 
Participación) de "El Propósito de la Educación" de Krishnamurti. Dado 
que los directores de la escuela Krishnamurti en India 
http://www.rishivalley.org son amigos personales (y tuve el honor de 
darles mi XO propio cuando los conocí), todo eso me hizo sentir de 
compartir esto con ustedes. De paso, esa escuela ha sido la iniciadora 
de un in-cre-i-ble método de aprendizaje-enseñanza, empoderamiento de 
docentes comunitarios, ¡brillante!

decía Jiddu Krishnamurti, 
http://www.jiddu-krishnamurti.net/es/el-proposito-de-la-educacion
"Uno de los problemas básicos a que se enfrenta el mundo es el problema 
de la cooperación.

¿Qué significa la palabra “cooperación”? Cooperar es hacer las cosas 
juntos, construir juntos, sentir juntos, tener algo en común de modo que 
podamos trabajar libremente juntos.

Pero por lo general no nos sentimos inclinados a trabajar juntos con 
naturalidad, fácilmente, dichosamente; y por eso se nos obliga a 
trabajar juntos mediante diversas formas de persuasión: amenazas, miedo, 
castigó, recompensa. Es la práctica corriente en todo el mundo. Bajo los 
gobiernos tiránicos se nos fuerza brutalmente a trabajar juntos; si no 
“cooperamos” nos liquidan o nos envían a un campo de concentración. En 
las naciones que se llaman civilizadas, se nos induce a que trabajemos 
juntos por el concepto de “mi país”, o por una ideología que ha sido 
cuidadosamente elaborada y ampliamente propagada a fin de que la 
aceptemos; o bien trabajamos juntos para llevar a cabo un plan que 
alguien ha trazado, un anteproyecto para una utopía.

Por lo tanto, lo que persuade a las personas para que trabajen juntas es 
el plan, la idea, la autoridad. Esto es lo que generalmente se llama 
cooperación, y en ello están siempre implicados la recompensa o el 
castigo, lo cual significa que detrás de tal “cooperación” hay miedo. 
Ustedes siempre trabajan por algo ‑ por el país, por el rey, por el 
partido, por Dios o el Maestro, por la paz, o para producir esta o 
aquella reforma. La idea que tienen de la cooperación es la de trabajar 
juntos por un resultado en particular. Tienen un ideal - fundar una 
escuela perfecta o lo que fuere - para el cual trabajan; por lo tanto, 
dicen que es necesaria la cooperación. Todo esto implica autoridad, ¿no 
es así? Siempre hay alguno de quien se supone que sabe lo que es 
correcto y tiene que hacerse, por lo cual ustedes dicen: “Tenemos que 
cooperar para llevar eso a la práctica”.

Bien, de ningún modo llamo cooperación a eso. Es una forma de codicia, 
una forma de temor, de compulsión. Tras ello está la amenaza de que si 
ustedes no “cooperan”, el gobierno no los reconocerá, o el Plan 
Quinquenal habrá de fracasar, o se los enviará a un campo de 
concentración, o el país de ustedes perderá la guerra, o no irán al 
cielo. Siempre hay una fortuna de persuasión, y donde hay persuasión no 
puede haber una verdadera cooperación.

Tampoco se trata de cooperación cuando ustedes y yo trabajamos juntos 
sólo porque acordamos mutuamente hacer alguna cosa. En cualquier acuerdo 
semejante, lo que importa es realizar esa cosa en particular, no el 
trabajar juntos. Ustedes y yo podemos ponernos de acuerdo para construir 
juntos un puente o un camino, o para plantar algunos árboles, pero en 
ese acuerdo está siempre el miedo al desacuerdo, el miedo de que yo 
pueda no hacer mi parte y dejar que todo lo hagan ustedes.

De manera que cuando trabajamos juntos mediante cualquier forma de 
incentivo, o por mero acuerdo, eso no es cooperación, porque detrás de 
todo esfuerzo semejante, está la implicación de ganar o de evitar algo.

Para mí, la cooperación es algo por completo diferente. La cooperación 
es la alegría de estar y actuar juntos - no necesariamente realizar 
alguna cosa en particular. ¿Comprenden? Los niños pequeños tienen 
normalmente ese sentimiento de estar y actuar juntos. ¿No han advertido 
esto? Ellos cooperarán en todo. No es un asunto de estar o no estar de 
acuerdo, de recompensa o castigo; ellos sólo desean ayudar. Cooperan 
instintivamente, por el regocijo mismo de ser y de actuar juntos. Pero 
las personas adultas destruyen este natural, espontáneo espíritu de 
cooperación que hay en los niños, diciéndoles: “Si haces esto te daré 
eso; si no lo haces, no te dejaré ir al cine”, lo cual introduce el 
elemento de corrupción.

Por lo tanto, la verdadera cooperación surge, no a través de un acuerdo 
para llevar a cabo juntos algún proyecto, sino con la alegría, con el 
sentimiento de solidaridad - si es que se me permite usar esa palabra; 
porque en ese sentimiento no existe la obstinación de las ideaciones y 
opiniones personales.

Cuando ustedes conozcan esa cooperación, también sabrán cuándo no 
cooperar, lo cual es igualmente importante. ¿Comprenden? Es 
indispensable para todos que despertemos en nosotros este espíritu de 
cooperación, porque entonces no será un mero plan o un acuerdo la causa 
de que trabajemos juntos, sino un sentimiento extraordinario de 
solidaridad, la alegría de ser y actuar juntos sin que haya pensamiento 
alguno de recompensa o castigo. Eso es muy importante. Pero es 
igualmente importante saber cuándo no cooperar; porque si no somos 
sensatos, podríamos cooperar con la insensatez, con líderes ambiciosos 
que tienen esquemas impresionantes, ideas fantásticas - como Hitler y 
otros tiranos de todos los tiempos. Por consiguiente, tenemos que saber 
cuándo no cooperar; y esto podemos saberlo únicamente cuando conocemos 
la alegría de la verdadera cooperación.

Es ésta una cuestión muy importante que debemos considerar, porque 
cuando se sugiere que trabajemos en conjunto, nuestra respuesta 
inmediata probablemente sea: “¿Por qué? ¿Qué es lo que hemos de hacer 
juntos?” En otras palabras, la cosa que henos de hacer se vuelve más 
importante que el sentimiento de estar y actuar juntos; y cuando la cosa 
que ha de hacerse - el plan, el concepto, la utopía ideológica - asume 
primordial importancia, no existe entonces una verdadera cooperación. 
Entonces es sólo la idea la que nos junta; y si una idea puede 
juntarnos, otra idea puede separarnos. Por lo tanto, lo que importa es 
despertar en nosotros mismos este espíritu de cooperación, este sentido 
de estar y actuar juntos sin pensamiento alguno de recompensa o castigo. 
La mayoría de los jóvenes tiene este sentido espontáneamente, 
libremente, siempre que ello no sea corrompido por sus mayores.




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